La nieve cae como pólvora en el fuego.
Te introduzco pan en los bolsillos,
ya que el viaje será largo
Un reguero de semen
me lleva hasta un rictus indescifrable.
Sueño con labios que sangran,
con puños que se cierran
y venas que se parten.
Más allá de las vías de tren
un muchacho abrillanta una pistola,
una madre prepara una coartada.
Ellos lloran por la última injusticia,
tú y yo por lo que nunca podremos perdonarnos.
Otra victoria sin gloria.
Tú insistes en no rendirte,
yo me declaro culpable.
Ya sólo quiero olvidar.
Nada de lo que haga, nada de lo que diga
podrá reparar nada, podrá aliviar nada.
Te introduzco pan en los bolsillos,
ya que el viaje será largo
Un reguero de semen
me lleva hasta un rictus indescifrable.
Sueño con labios que sangran,
con puños que se cierran
y venas que se parten.
Más allá de las vías de tren
un muchacho abrillanta una pistola,
una madre prepara una coartada.
Ellos lloran por la última injusticia,
tú y yo por lo que nunca podremos perdonarnos.
Otra victoria sin gloria.
Tú insistes en no rendirte,
yo me declaro culpable.
Ya sólo quiero olvidar.
Nada de lo que haga, nada de lo que diga
podrá reparar nada, podrá aliviar nada.
1 comentario:
Agradezco tu visita...
Poesía de culpabilidad, es bueno reconocerse.
Estamos en contacto, un saludo mexicano, Monique.
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