Me he despertado en la isla,
como siempre había soñado:
sin memoria, sin palabras.
Atrás quedan la ceniza y el odio.
Lejos, la mentira y el dolor.
No oigo las sirenas de las fábricas,
ni el fragor del tráfico,
ni pisadas a mi espalda.
No siento ninguna obligación,
ningún remordimiento,
ninguna opresión en el pecho,
ningún aliento detrás de mi nuca,
No llego tarde a ninguna cita,
no puedo quebrantar ninguna norma,
no debo contestar a ninguna pregunta,
nadie viene a perturbarme.
Aquí soy feliz
a pesar de tu ausencia.
Aquí no existe la belleza,
sólo la calma.
como siempre había soñado:
sin memoria, sin palabras.
Atrás quedan la ceniza y el odio.
Lejos, la mentira y el dolor.
No oigo las sirenas de las fábricas,
ni el fragor del tráfico,
ni pisadas a mi espalda.
No siento ninguna obligación,
ningún remordimiento,
ninguna opresión en el pecho,
ningún aliento detrás de mi nuca,
No llego tarde a ninguna cita,
no puedo quebrantar ninguna norma,
no debo contestar a ninguna pregunta,
nadie viene a perturbarme.
Aquí soy feliz
a pesar de tu ausencia.
Aquí no existe la belleza,
sólo la calma.