jueves, 25 de junio de 2009

BROKEN DREAMS


Llovía y tú y yo nos mirábamos a ras de suelo
como dos estorninos abatidos por los perdigones..
No recuerdo aquel día
por la tristeza de la despedida
sino por la intensidad del odio
tiznando tu rostro
y dibujando surcos en la tierra
Hablamos de nuestra antigua adicción a las puestas de sol.
y del olor a heno durante la siesta.

En los días siguientes
conocí las costumbres de las mareas,
la rigidez de los cuerpos
conducidos al patíbulo,
la facilidad con que algunos
caminan sobre las aguas.

También fue el tiempo de olvidar
antiguos sueños, antiguos compromisos.
Pero has decidido marcharte
y ya no podré cumplir mi promesa
de regalarte un barco dentro de una botella
Eras un hombre, al cabo, con su navaja de afeitar y sus cumpleaños.

Tú querías que cada día
te trajese una ofrenda distinta
y te pedí una tregua.
No era yo de la estirpe de los guerreros.
Me fue concedida, pero sólo
en tanto durase el canto de las aves
que anidan en los almendros

Después el cielo se tiñó de negro
y sobrevino el temporal.
Nada quedó a su paso,
pues desaparecieron
hasta los corazones
cincelados en los troncos de los árboles.

Fue la primera tormenta
de la estación de los monzones.
Después de ella,
ya nada sería como antes.