miércoles, 30 de diciembre de 2009

LITURGIA



Sueño con nubes que pasan veloces
Con dunas que avanzan en la noche
Y serpientes aladas que traen la paz
Vislumbro tu miembro en forma de ciervo
Me preguntas
Te contesto
No gritaré
No besaré
No voy a perdonarte
Solo seré
La negación de la negación
un eterno ir y venir
dentro de los círculos del infierno

jueves, 25 de junio de 2009

BROKEN DREAMS


Llovía y tú y yo nos mirábamos a ras de suelo
como dos estorninos abatidos por los perdigones..
No recuerdo aquel día
por la tristeza de la despedida
sino por la intensidad del odio
tiznando tu rostro
y dibujando surcos en la tierra
Hablamos de nuestra antigua adicción a las puestas de sol.
y del olor a heno durante la siesta.

En los días siguientes
conocí las costumbres de las mareas,
la rigidez de los cuerpos
conducidos al patíbulo,
la facilidad con que algunos
caminan sobre las aguas.

También fue el tiempo de olvidar
antiguos sueños, antiguos compromisos.
Pero has decidido marcharte
y ya no podré cumplir mi promesa
de regalarte un barco dentro de una botella
Eras un hombre, al cabo, con su navaja de afeitar y sus cumpleaños.

Tú querías que cada día
te trajese una ofrenda distinta
y te pedí una tregua.
No era yo de la estirpe de los guerreros.
Me fue concedida, pero sólo
en tanto durase el canto de las aves
que anidan en los almendros

Después el cielo se tiñó de negro
y sobrevino el temporal.
Nada quedó a su paso,
pues desaparecieron
hasta los corazones
cincelados en los troncos de los árboles.

Fue la primera tormenta
de la estación de los monzones.
Después de ella,
ya nada sería como antes.

martes, 3 de febrero de 2009

Liturgia


Venías y me hablabas
Y tu boca era un velo
Que poco a poco me envolvía.
No entendía tu lenguaje
Pero me sentía acariciada
Como por un aliento invisible.

Luego sonaban los cascos de los caballos
Y un escalofrío me recorría la piel
Centímetro a centímetro.

Abría los ojos y me golpeaba el vacío
Te buscaba en todos los puntos cardinales
En los pliegues de las nubes
Y en las grietas del subsuelo.

Aceptaba la evidencia de que no estabas
Pero dejaba la puerta entornada
Y un fuego amigo con que calentarte
Y una jarra fresca con que apagar tu sed
de viajero en eterna fuga,
a quien una maldición
obliga a regresar.