lunes, 23 de mayo de 2011

NAUFRAGIO



Al fin lo he entendido.

Todos somos productos manufacturados,

pues todos creamos nuestro propio personaje.



A pesar de nuestras vacuas pretensiones,

ignoramos que hemos nacido libres.

Pero lo único importante es que,

como seres humanos que somos,

portamos una antorcha.

Quien haya redactado nuestra Carta Magna
tan aparente y ponderada,
un libro sagrado que arde como una zarza,
se ha olvidado de lo más importante,
de concedernos el derecho a ser amados.



A parte de eso,

¿qué es lo que tenemos?

Acaso nada más que piezas rotas

que nadie sabe encajar de nuevo.



Agazapada en mi madriguera

escucho el estruendo del mundo,

y me pregunto

cuánto tiempo podré aguantar

sin echarme desnuda a la calle.

No hay comentarios: