miércoles, 13 de enero de 2010

LA PESTE


Llegué a Reunión una mañana de verano.
La ciudad era hermosa, el aire límpido.
Respiré tranquila y pensé que allí comenzaba mi nueva vida.
Mas a mi paso todas las puertas se cerraban,
las llamas de las hogueras se avivaban,
los árboles temblaban agitando sus hojas
y las aves huían en bandadas con forma de flecha.

Presiento que provengo de un tiempo maldito
y avanzo hacia un mañana desierto,
en el que se pudren las raíces de los árboles.

Eso olvidé contarte,
que lo que para otros es luz
para mí es penumbra,
que donde unos calman su sed
yo sólo encuentro desgracia.

Sueño que me arrastro entre el lodo,
entre nubes de mosquitos,
y sólo una cosa deseo:
amortiguar el dolor
y aún los dolores sucesivos
y simultáneos.

Sé que ya no seré feliz.
Pasará la primavera,
vendrá el verano,
y seguiré aquí,
al pie de la muralla,
esperando…

3 comentarios:

Lena yau dijo...

Qué duro.

Ojalá que en los sueños que vienen, el lodo se transforme en nieve.

Saludos.

ninfasecreta dijo...

Entiendo, no sabes de qué modo, la profundidad de tu dolor. Creo que compartimos una pérdida de las que sólo unos pocos viven... o mueren.

Estremecedor y precioso tu modo de expresarlo. Ojalá algún día, no lejano, veamos la luz. Mientras, en nuestra oscuridad, te siento y te veo.

21 de enero de 2010 14:09

Anónimo dijo...

Que poema hermoso pero muy pesimista.... lo que pasa es que encierra un mensaje contra el materialismo y la rutina de esta civiización y llama al despertar de la coniencia colectiva.
Saludos cariñosos
Agnieszka M. R.F.